

PARADIGMA DE LA CONEXIÓN
"Todo en el ser humano puede explicarse a la luz del estado de Conexión, tanto lo individual como lo colectivo".

¿Cómo puedo sentirme bien y tener buena salud?
¿Qué decisiones debo tomar para tener éxito y realizarme como persona?
¿Cómo puedo ayudar a mi familia o en mi trabajo a que lo logren otras personas?
¿Cómo podemos organizarnos como sociedad para prosperar y vivir mejor en conjunto?
Aspectos Claves
1. Conexión y Desconexión
Dos estados mente-cuerpo entre los que fluctuamos en el día a día, sin ser conscientes de ello y sin poder controlarlo la mayoría de las veces.
Nuestra evolución personal está directamente influenciada por nuestro grado de Conexión.
2. Conquista de la Conexión
Sostener la Conexión requiere de ser conquistado en cada momento, no es algo que se consigue por azar.
Conquistar la Conexión conlleva necesariamente desvelar y evitar el sabotaje que se opone a ello.
3. Toma de decisión-acción
Tomando decisiones y acciones específicamente dirigidas, desvelamos y neutralizamos el sabotaje, conquistando la Conexión.
Para ello es necesario cuestionarnos y desidentificarnos del sabotaje que nos afectan.
4. Kinesiología de la Conexión
Es la técnica que funciona como un microscopio, nos acerca a una realidad que siempre ha estado ahí y que nos afecta a todos los niveles, pero con la que hemos tratado a ciegas hasta ahora.

El Paradigma de la Conexión es una ciencia del ser en el siglo XXI, que trata de explicar la naturaleza del ser humano, para, desde ahí, dar respuesta a las necesidades individuales y colectivas actuales.
Aporta un conocimiento tanto teórico como práctico eficaz para conquistar la Conexión. Ese estado interno que adquiere la persona cuando experimenta una coherencia física y mental óptima.
El estado de conexión permite tomar las decisiones más provechosas en cada momento, lo que se traduce en una mejor salud y calidad de vida de la propia persona y de la sociedad.
Conquistar la Conexión no es aventura fácil, se hace necesario confrontar desafíos intensos, pero la fuerza que nos empuja hacia ello es más intensa y constante.

El gran psicólogo y psiquiatra C. G. Jung se preguntaba “¿De
dónde viene el mal?” y reprochaba al cristianismo no haber hallado la respuesta. Según él, el fracaso de la religión
consistió en haber reprimido “la sombra de Dios”1, es decir,
en rechazar y desterrar a las profundidades del inconsciente
todo aquello que no aceptamos de nosotros mismos y del
mundo.
Yo me atrevo a proponer, incluso a riesgo de ofender
a muchos psicólogos, que, después de cien años, la psicología
también ha fracasado en encontrar la respuesta del mal en el
mundo; eso sí, se ha quedado un paso más cerca. Es cierto que
la aceptación de la sombra es condición indispensable para
desvelar la verdad oculta en nosotros, pero no es suficiente.
1. ANTIER, J. (2011). Jung o la experiencia de lo sagrado. Barcelona. Kairos. p. 245.
AutoKine y la Ciencia del Ser (Vol. 1)