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El público susceptible de verse atraído es muy amplio, en cambio, solo unos pocos encontrarán lo que andan buscando...

Foto del escritor: Ignacio Fernández Ignacio Fernández

Actualizado: 6 oct 2024


En el apartado "Del lector potencial al lector ideal", del libro AutoKine y la Ciencia del Ser. Vol. 1. Autoengaño, Sabotaje y Conexión. De una Ciencia del Autoengaño a una Ciencia del Ser., identifico a aquellas personas que, presumiblemente, van a verse atraídas por un conocimiento asociado a conquistar la Conexión.

"Llegado este punto creo necesario hacer un ejercicio de recapitulación

para señalar qué aporta de novedoso o especial esta

obra y a quién va dirigida, especialmente en una época como la

actual en la que disponemos de tantos recursos a nuestro alcance

y la información nos aborda desde todos los flancos.


El público susceptible de verse atraído por la temática de esta

obra es muy amplio, en cambio, la experiencia me lleva a pensar

que solo unos pocos encontrarán en ella lo que andan buscando.

Para empezar, será necesario que el lector posea un considerable

grado de “insatisfacción con el statu quo”1, consigo mismo o

con sus circunstancias que le obligue a cuestionarse la realidad

en la que está inmerso. Pero con eso no es suficiente, no vale

solo con cuestionársela, además hay que confrontarla. Por eso,

todos aquellos que se acerquen a la lectura con la intención de

encontrar soluciones fáciles a sus problemas verán frustradas

sus esperanzas y, más pronto que tarde, huirán sigilosa o despavoridamente,

pero huirán. Podría parecer que con estas palabras

corro el riesgo de alejar a lectores potenciales, y quizás

sea cierto, pero lo hago así porque prefiero apostar por aquellos

que, al alertarles de esta realidad, pondrán todo su empeño en

resistir los envites que inevitablemente surgen cuando uno hace

el gesto de levantar la alfombra o tirar de la manta.

Dicho esto, considero que hay tres grupos de lectores potenciales

para esta obra.


El primer grupo estaría formado por aquellas personas que después

de muchos años buscando soluciones a sus problemas, ya

sean de salud, laborales, sentimentales, familiares, etc., no hayan

conseguido unos resultados mínimamente satisfactorios. Cuando

después de muchos años saltando de una técnica en otra, de

un método en otro, de médico en médico o de maestro en maestro,

se sientan frustrados, agotados, confundidos y desesperados

por no saber cómo salir de su situación. Sí, esta obra puede

ser de ayuda a estas personas, quienes encontrarán en ella recursos

para desarrollar las habilidades que les permitan atender

esa necesidad de evolución que brama desde su interior, para

conquistar el bienestar y la realización que anhelan.


El segundo grupo puede entenderse como un subgrupo del anterior,

pero sus circunstancias particulares hacen que merezca

considerarlos como un grupo aparte. Me refiero a aquellos que

están experimentando una situación difícil en relación con sus

hijos. Como todos sabemos, por nuestros hijos hacemos lo que

no haríamos por nosotros mismos y, en este caso, el potencial

que adquiere la obra es mayor que en el anterior por varios motivos.

Primero, porque conlleva experimentar el proceso de evolución

en forma de trabajo cooperativo; la relación familiar, sea

en el formato que sea, permite que unos y otros puedan apoyarse

mutuamente durante la práctica. Segundo, porque los progenitores

tienen al menos dos modelos de referencia con los que

trabajar, el suyo propio y el del niño. Esto permite apoyarse en

la experiencia subjetiva propia, como en la objetivada que ofrecen

los otros miembros de la unidad familiar. Tercero, porque

la plasticidad y claridad con que se manifiestan los cambios en

los pequeños es mucho más marcada que en los adultos, lo que

supone una ventaja añadida a la hora de generar procesos de

aprendizaje por ambas partes.


El tercer grupo lo forman aquellos profesionales que desempeñan

labores de ayuda a los demás, guiados por una fuerte vocación

y que se encuentran inmersos en un proceso de formación

continuada. Podemos pensar en médicos y personal sanitario,

psicólogos, terapeutas de diversa índole, profesores, educadores,

trabajadores sociales, etc. Este grupo tiene la característica

de que también se beneficia del trabajo con otras personas,

además de con uno mismo, con la ventaja de que en este caso

el conocimiento de la profesión que desempeñan les permite

un marco de trabajo sólido sobre el que desarrollar la práctica.

A priori podría parecer que en algunos casos —porque no son

excluyentes— carecerán de la motivación extra que supone la

fuerte necesidad personal o familiar del caso anterior, pero no

es raro observar que en estas personas la fuerte vocación está

influida por impulsos profundos, más conscientes o menos, pero

que conectan con su realidad más íntima."


1. PETERS, F. (2000). Recordando a Gurdjieff. Málaga: Sirio. p. 407.

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