
1. Introducción
Teniendo en cuenta la naturaleza del contexto educativo, como ámbito vivo y en continua transformación que es (Flick, 2015), creemos que el método de investigación-acción es el que mejor se adapta para guiar las intervenciones y desarrollar los proyectos de Conexión en el Aula.
La Investigación-acción tiene su origen en la década de 1940, fruto del trabajo desarrollado por el psicólogo norteamericano de origen alemán Kurt Lewin (Colmenares y Piñero, 2008. p.100).
2. ¿Qué es exactamente la investigación-acción?
La investigación-acción puede entenderse como una forma de abordar la resolución de problemas, en el que las personas pertenecientes a un grupo o comunidad participan activamente en el proceso investigativo, contribuyendo a la identificación del problema en estudio y la identificación de posibles soluciones. Se realiza mediante un proceso de investigación con pasos “en espiral” en el que se investiga al mismo tiempo que se interviene. (León y Montero, 2002, como se cita en Hernández, Fernández y Baptista, 2010). Así, “La investigación-acción construye el conocimiento por medio de la práctica” (p. 510).
3. Características de este tipo de intervención
Las características más relevantes de la investigación-acción son:
La investigación-acción envuelve la transformación y mejora de una realidad (social, educativa, administrativa, etc.).
Parte de problemas prácticos y vinculados con un grupo o entorno.
Implica la total colaboración de los participantes en la detección de las necesidades, pues ellos son lo que mejor conocen la problemática a resolver, y en la implementación de las propuestas resultantes del proceso de investigación.
4. Definiendo los problemas a tratar
Como base de nuestro trabajo partimos de la premisa de que los adolescentes manifiestan síntomas que reflejan sus necesidades; y que la subjetividad y la intersubjetividad son los medios por los cuales se conoce la realidad humana, a la vez que las herramientas con las que generamos el conocimiento de la misma, procediendo de modo inductivo para comprender la realidad en la que estamos inmersos.
En este sentido, nuestro trabajo en cada proyecto se plantea desde la exploración de la competencia emocional del adolescente a partir de dos fuentes: la subjetividad proporcionada en el proceso de introspección experimentado individualmente y la intersubjetividad compartida en la interpretación de la competencia emocional por el grupo de participantes.
Aplicada de esta forma, la investigación-acción se relaciona con los problemas prácticos cotidianos a los que se enfrenta el profesorado, en vez de con los problemas teóricos definidos por los investigadores en el entorno de las disciplinas de este campo de conocimiento.
5. La investigación-acción en nuestras intervenciones
Desde esta metodología mantenemos una postura según la cual los objetivos planteados en cada una de las sesiones nos permiten una comprensión más profunda de cómo los adolescentes exploran y toman conciencia de su competencia emocional, y de cómo esta puede ser potenciada a través de la aplicación de la Musicoterapia.
Así, describimos y analizamos situaciones, planteando alternativas, interrogantes, dudas e hipótesis que, mediante una planificación de la acción a desarrollar, y tras su reflexión y evaluación, generan nuevas hipótesis y propuestas de solución. Favoreciendo la exploración de la propia competencia emocional, potenciando el conocimiento de esta y estableciendo y generando herramientas que puedan ser útiles para trabajar la competencia emocional dentro del contexto educativo.
6. ¿Qué indicadores empleamos para avanzar en el proceso?
En nuestro caso, nos servimos de indicadores como la motivación de los alumnos para participar en cada sesión, la asistencia, el grado de participación en cada una de las actividades propuestas, la disposición y capacidad para superar las dificultades que conllevan las actividades, las cualidades de la interpretación musical, la apertura a expresar su mundo interior, especialmente en relación a sus experiencias durante las sesiones, la actitud proactiva a crear las condiciones y actividades que les interesan en las sesiones, la tendencia a fortalecer el vínculo con sus compañeros y el docente musicoterapeuta o la disposición a realizar las actividades propuestas para casa, entre otras.
Estos aspectos pueden ser identificados tanto por el docente musicoterapeuta, durante las sesiones, como por el profesorado, en base a los comentarios que los alumnos suelen hacer después de cada sesión. Toda esta información, tanto objetiva como subjetiva, es registrada cada día y sirve como material de trabajo para la siguiente sesión.
7. Conclusión.
La investigación-acción es una herramienta ideal para abordar las intervenciones y generar un discurso lógico a través de esta durante los proyectos de Conexión en el Aula. Una herramienta eficaz para abordar las necesidades educativas de los adolescentes para ayudarles a mejorar a nivel emocional, de sus relaciones sociales y sus conductas.
8. Bibliografía
Bruscia, K. (1987). Improvisational models of music therapy. Springfield, IL: Charles Thomas Publishers. Elliott, J. (2000). La investigación-acción en educación. Madrid: Ediciones Morata.
Colmenares, E. y Piñero, Ma. (2008). La Investigación Acción. Una herramienta metodológica heurística para la comprensión y transformación de realidades y prácticas socio-educativas. Laurus Revistade Educación, 14 (27), 96-114.
Elliott, J. (2000). La investigación-acción en educación. Madrid: Ediciones Morata.
Flick, U. (2015).El diseño de la investigación cualitativa. Madrid. Ediciones Morata.
Hernández, R., Fernández, C., & Baptista, P. (2010). Metodología de la Investigación. México, D.F. Editorial McGRAW-HILL.
Salas Ocampo, D. (2019). Investigación-acción. Investigalia. Recuperado de https://investigaliacr.com/investigacion/investigacion-accion/
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