"...Las formas de medicina que apelan a la dimensión trascendente
del ser humano son muy variadas y se denominan según la Organización
Mundial de la Salud (OMS) “medicinas alternativas,
complementarias, naturales, no convencionales o tradicionales”.
La OMS define estas formas de medicina en su informe Estrategia
de la OMS sobre medicina tradicional 2002–20051 como:
prácticas, enfoques, conocimientos y creencias sanitarias diversas
que incorporan medicinas basadas en plantas, animales
y/o minerales, terapias espirituales, técnicas manuales y ejercicios
aplicados de forma individual o en combinación para mantener
el bienestar, además de tratar, diagnosticar y prevenir las
enfermedades.
Entre estas formas de medicina encontramos la medicina tradicional
china, el ayurveda hindú, la medicina unani árabe y las
diversas formas de medicina indígena que incluyen terapias con
medicación y sin ella, como son la acupuntura, las terapias manuales,
el gigong (Chi Kun), tai ji (Tai Chi), la terapia termal, el
yoga y otras terapias físicas, mentales, espirituales y de mente-
cuerpo.
Sí, ha leído bien, la OMS se permite citar en su informe
terapias “espirituales” que son usadas por diversas formas
de medicina. Esta concepción de la medicina resulta impensable
para el lector escéptico y casi un insulto. La OMS justifica su
afirmación diciendo que estas otras formas de medicina difieren
en su teoría y aplicación de manera importante de la teoría y la
aplicación de la medicina alopática o convencional. Es decir, poseen
entidad propia y naturaleza diferente a la medicina como la
entendemos en nuestra cultura.
Como vemos, la actitud de la OMS ante estas formas de medicina
es bastante aperturista e inclusiva. Quizás su labor promoviendo
la salud en todo el mundo le lleva a observar con cierta
perspectiva el valor que estas otras formas de medicina tienen
en países en vías de desarrollo y la demanda social que suscita
en los países desarrollados, reconociendo como indudables los
beneficios que aportan a la salud a diferentes niveles.
La OMS señala en su informe diferentes causas que explican el
éxito de las pseudomedicinas en los países desarrollados:
La preocupación sobre los efectos adversos de los fármacos químicos,
las cuestiones asociadas con los enfoques y suposiciones
de la medicina alopática, el mayor acceso del público a información
sanitaria, los cambios en los valores y la reducida tolerancia
del paternalismo son algunos de ellos. Al mismo tiempo, la esperanza
de vida más larga lleva consigo un riesgo mayor de que
se desarrollen enfermedades crónicas, debilitantes tales como las
enfermedades coronarias, el cáncer, la diabetes y los trastornos
mentales. Aunque los tratamientos y las tecnologías alopáticas
son abundantes, algunos pacientes han encontrado que no les
proporciona una solución satisfactoria. Los tratamientos y las
tecnologías no han sido lo suficiente eficaces o han provocado
efectos adversos.1
En 2013 se presentó el informe actualizado del anterior, para el
periodo 2014 – 20232. Así reflexionaba en retrospectiva:
Muchos cambios se han producido desde la publicación de la anterior
estrategia mundial, en 2002. Más países han ido reconociendo
gradualmente la contribución potencial de la MTC [medicina
tradicional y complementaria] a la salud y el bienestar de las
personas y a la totalidad de sus sistemas de salud. Los gobiernos
y los usuarios se interesan por algo más que los a base de hierbas,
y están empezando a examinar aspectos relativos a prácticas y
profesionales de MTC a fin de determinar si se los debería integrar
en la prestación de servicios de salud.
En cambio, por más que exista una amplia acogida de las pseudomedicinas
en ciertos sectores de la población4, la realidad es que
existe a la vez una batalla abierta por parte de los que las consideran
inefectivas y perjudiciales para el enfermo. La propia OMS
expresa esta realidad así: “La medicina tradicional, complementaria
y alternativa suscita un amplio abanico de reacciones, desde
el entusiasmo no crítico hasta el escepticismo no informado”1.
Por esta razón prefiero usar el término pseudomedicinas para
denominar a esas otras formas de medicina, por ser el término
que emplean los escépticos para nombrarlas. Intento con ello
desmarcarme del enfrentamiento abierto que se da entre partidarios
y detractores de estas disciplinas. En lo que nos ocupa, la
línea que dibuja la verdad es tan fina que separa a unos y otros
en una batalla dialéctica con tal carga emocional, que es digna
de ser analizada2, 3. Los escépticos se enervan de ver cómo “se
engaña” a personas que necesitan ayuda médica con placebos
que apelan a fuerzas sobrenaturales inexistentes4. Los creyentes
se enervan al ver cómo los que confían en la ciencia son cegados
por su ignorancia, prejuicios y la manipulación de un sistema de
salud, que promueve la medicina-negocio en vez de la salud de
las personas5, cuando no entronan a la ciencia como la nueva panacea
o religión, según se prefiera, de nuestra civilización global.
Esta situación explica el acalorado enfrentamiento entre los que
pretenden que las pseudomedicinas estén más presentes en las
estructuras oficiales, tanto sanitarias como educativas, y los que
se oponen a ello, por la falta de evidencias científicas que avalen
sus cualidades terapéuticas. Lo curioso es que ninguna de las
partes se ve a sí misma como la engañada o manipulada, siendo
la autocrítica casi inexistente, cuando no eclipsada por los ataques
y defensas que se profieren ambos bandos."
1. ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (2002). Estrategia de la OMS sobre
medicina tradicional 2002–2005. http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/
10665/67314/WHO_EDM_TRM_2002.1_spa.pdf;jsessionid=584E8CDDB44CD6B68C0B0BFDB72C3DB7?sequence=1 [Consulta: 9 junio 2018].
2. ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (2013). Estrategia de la OMS sobre
medicina tradicional 2014-2023. http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/
10665/95008/9789243506098_spa.pdf;jsessionid=A90ECD537864DD075ABD70845912172F?sequence=1 [Consulta: 9 junio 2018].
3. FASCE, A (24 marzo, 2017). Usos y Abusos del Movimiento Escéptico. La Venganza
usos-y-abusos-del-movimiento-esceptico/ [Consulta: 2 junio 2018].
4. GARRIDO, H. (27 marzo 2018). La otra gran mentira de la homeopatía. El Mundo.
html [Consulta: 9 junio 2018].
5. PÚBLICO (19 abril 2017). Más de la mitad de los españoles creen en la homeopatía.
html [Consulta: 9 junio 2018].
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