"...Llevando la vista a los países de nuestro entorno cultural, como
Reino Unido, Francia, Suiza o Alemania, en las décadas sesenta y
setenta se vivió una etapa de aperturismo hacia las pseudomedicinas
que llevó a la inclusión de algunas de estas disciplinas en
los sistemas oficiales de salud. Por este motivo, en estos países
hay una cultura escéptica muy asentada, entre otras cosas, porque
el que se sufraguen con dinero público disciplinas que no
tienen avalada su eficacia clínica o, al menos, esta quede en entredicho,
aviva las críticas de todo el que no simpatice con ellas.
En España, a diferencia de esos países, el recorrido histórico es
mucho más reciente y las inclusiones de las pseudomedicinas en
las instituciones públicas son anecdóticas. Aun así, se ha despertado
una actitud defensiva muy enérgica en los últimos tiempos
por reducir estas a cero. Fruto de esas reacciones en contra, sin
ir más lejos, a primeros de 2016 la Universidad de Barcelona
tomó la decisión de cancelar el curso de posgrado en homeopatía
que ofrecía desde 2004. La Universidad de Córdoba canceló
sus cursos en 2013 y la de Sevilla suspendió su máster en 2009.
La Universidad de Zaragoza se desmarcó de la Cátedra de Homeopatía
en 201411.
En la Universidad de Málaga se ha cancelado al poco de ser
anunciado un curso de verano para el 2016 que pretendía reunir
a un grupo expertos en diversas pseudomedicinas, entre ellas
homeopatía, medicina china, bioneuroemoción, antroposofía,
hipnosis regresiva, etc., para divulgar y debatir sobre los métodos
y las bases terapéuticas en que se apoyan. El revuelo suscitado
en la propia universidad y las firmas recogidas frustraron
el intento10, 11.
Un hecho que resulta especialmente significativo es que en 2016
se constituyó la Asociación para Proteger al Enfermo de las Terapias
Pseudocientíficas (APTEP). Una asociación sin ánimo de
lucro formada a raíz de un caso dramático en el que las pseudomedicinas
estuvieron involucradas. Los objetivos que pretende
la asociación no son banales, entre algunos de ellos se encuentran,
por ejemplo13, 14:
- Trabajar para conseguir la tipificación como delito de la praxis
y actuaciones de quienes sin estar en posesión de los obligatorios
estudios y títulos oficiales de medicina para ejercer la misma,
pretendan impartir a un enfermo un tratamiento, presentándolo
como curativo.
- Conseguir que las palabras medicina, curación, sanación, salud,
terapia (o cualquier otra expresión que pueda hacer creer a un
enfermo que está ante un profesional de la salud) no puedan
ser empleadas en ningún formato de promoción o publicidad,
si quien se anuncia o promociona no tiene los estudios oficiales
correspondientes ni sigue métodos de curación elaborados bajo
criterios científicos.
Estos dos epígrafes ilustran el clima de tensión actual. El primero
de ellos me parece aceptable, pero el segundo roza la paranoia
y la inquisición. Pero, independientemente de lo que dicha
asociación propone, y como vengo defendiendo, considero que
este movimiento social de reacción escéptica en contra de las
pseudomedicinas es muy necesario. Ello abre un debate imprescindible
que redunda en favor de los objetivos educativos de la
medicina, los más acuciantes en el contexto actual. La incultura
campa a sus anchas en nuestra sociedad, tanto a nivel científico
como de la propia salud, y ello afecta tanto a las filas de creyentes
como de escépticos."
11. ANSEDE, M. (4 marzo 2016). La Universidad de Barcelona fulmina su máster
de homeopatía. El País. http://elpais.com/elpais/2016/03/01/ciencia/
1456856774_534268.html [Consulta: 9 junio 2018].
12. ANSEDE, M. (3 junio 2016). Cumbre de pseudociencias en la universidad pública.
El País. http://elpais.com/elpais/2016/05/31/ciencia/1464716291_277814.
html [Consulta: 9 junio 2018].
13. MUÑOZ-CHÁPULI, R. (9 junio 2016). El malestar de la cultura. Diario Sur. http://
html [Consulta: 9 junio 2018].
14. ASOCIACIÓN PARA PROTEGER AL ENFERMO DE TERAPIAS PSEUDOCIENTÍFICAS
(s.f.). Estatutos. http://www.apetp.com/index.php/estatutos/ [Consulta: 9
junio 2018].
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