
Extraído del apartado "El valor del proceso terapéutico como recurso para confrontar
el engaño y conectar con la verdad", del libro AutoKine y la Ciencia del Ser. Vol. 1. Autoengaño, Sabotaje y Conexión. De una Ciencia del Autoengaño a una Ciencia del Ser.
"...El proceso terapéutico, ya esté guiado por un profesional o no,
juega un papel inigualable a través del cual el propio individuo
aprende a conocerse y relacionarse mejor consigo mismo y el
entorno, es decir, aprende a conocerse y relacionarse de una forma
más saludable y adaptativa en todos los planos de su vida.
Esto significa que entiendo la medicina y la educación como dos
medios íntimamente relacionados para alcanzar el mismo objetivo:
acceder y desplegar nuestro potencial biológico. Por ello, no concibo
la medicina que no descansa en un proceso de aprendizaje sobre
nuestra biología y no concibo la educación que no enseña a descubrir
y conectar con esa misma realidad.
La dificultad de esta aproximación radica en que asociar educación
y proceso terapéutico es algo muy resbaladizo en nuestra
sociedad. Igual no lo parece cuando se menciona de forma
abstracta o cuando se refiere a la educación en salud, es decir, a
divulgar conductas saludables (beber suficiente agua, caminar
y hacer ejercicio, levantar objetos con la espalda recta, tomar
frutas y verduras, etc.). Pero choca frontalmente con nuestros
prejuicios más profundos cuando supone abrirnos a los misterios
ocultos de nuestra mente-cuerpo. Esto es así básicamente
porque en nuestra cultura la medicina se entiende como una
disciplina científica y asistencial o, lo que es lo mismo, predecible
y que busca aportar seguridad al usuario; algo radicalmente
distinto a enfrentarnos al abismo de lo desconocido y a la fuerza
descomunal que atesoramos en nuestro interior, a través de la
experiencia vivencial, subjetiva y empírica; lo que conlleva inevitablemente
grandes cotas de exploración e impredecibilidad.
Una experiencia gracias a la cual, si se procede de la forma adecuada,
promueve el aprendizaje y la evolución personal, pero que
no está exenta de emociones fuertes.
Aunque, de nuevo, asociar proceso terapéutico a evolución personal
tiene todas las papeletas de ser tachado de pseudomedicina
y quedar así denostado desde el primer momento, incluso, si tomamos
en consideración el abordaje psicológico1.
Soy consciente de que hablar de proceso terapéutico en estos
términos puede resultar chocante e incluso molesto en algunos
casos. Es cierto que la vida toma a veces unos derroteros que ponen
en jaque nuestra capacidad de encajar la realidad. No pretendo
ni es posible en esta introducción dar respuesta a todas las posibles
manifestaciones de la realidad, mi intención es lanzar una
invitación para que, los que se sientan llamados, me acompañen
en este viaje de exploración de la naturaleza humana."
1. SALGUERO, M. (5 agosto 2016). “Última llamada” para los psicólogos clínicos
que no basan su práctica en la evidencia científica. Rasgo Latente. http://rasgolatente.
es/ultima-llamada-los-psicologos-clinicos-no-basan-practica-la-evidencia-
cientifica/ [Consulta: 31 de mayo de 2018].
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