top of page
Buscar

Salud y Educación, cuando una refuerza a la otra y viceversa.

Foto del escritor: Ignacio Fernández Ignacio Fernández

Actualizado: 6 oct 2024


Extraído del apartado "El valor del proceso terapéutico como recurso para confrontar

el engaño y conectar con la verdad", del libro AutoKine y la Ciencia del Ser. Vol. 1. Autoengaño, Sabotaje y Conexión. De una Ciencia del Autoengaño a una Ciencia del Ser.

"...El proceso terapéutico, ya esté guiado por un profesional o no,

juega un papel inigualable a través del cual el propio individuo

aprende a conocerse y relacionarse mejor consigo mismo y el

entorno, es decir, aprende a conocerse y relacionarse de una forma

más saludable y adaptativa en todos los planos de su vida.

Esto significa que entiendo la medicina y la educación como dos

medios íntimamente relacionados para alcanzar el mismo objetivo:

acceder y desplegar nuestro potencial biológico. Por ello, no concibo

la medicina que no descansa en un proceso de aprendizaje sobre

nuestra biología y no concibo la educación que no enseña a descubrir

y conectar con esa misma realidad.


La dificultad de esta aproximación radica en que asociar educación

y proceso terapéutico es algo muy resbaladizo en nuestra

sociedad. Igual no lo parece cuando se menciona de forma

abstracta o cuando se refiere a la educación en salud, es decir, a

divulgar conductas saludables (beber suficiente agua, caminar

y hacer ejercicio, levantar objetos con la espalda recta, tomar

frutas y verduras, etc.). Pero choca frontalmente con nuestros

prejuicios más profundos cuando supone abrirnos a los misterios

ocultos de nuestra mente-cuerpo. Esto es así básicamente

porque en nuestra cultura la medicina se entiende como una

disciplina científica y asistencial o, lo que es lo mismo, predecible

y que busca aportar seguridad al usuario; algo radicalmente

distinto a enfrentarnos al abismo de lo desconocido y a la fuerza

descomunal que atesoramos en nuestro interior, a través de la

experiencia vivencial, subjetiva y empírica; lo que conlleva inevitablemente

grandes cotas de exploración e impredecibilidad.

Una experiencia gracias a la cual, si se procede de la forma adecuada,

promueve el aprendizaje y la evolución personal, pero que

no está exenta de emociones fuertes.


Aunque, de nuevo, asociar proceso terapéutico a evolución personal

tiene todas las papeletas de ser tachado de pseudomedicina

y quedar así denostado desde el primer momento, incluso, si tomamos

en consideración el abordaje psicológico1.


Soy consciente de que hablar de proceso terapéutico en estos

términos puede resultar chocante e incluso molesto en algunos

casos. Es cierto que la vida toma a veces unos derroteros que ponen

en jaque nuestra capacidad de encajar la realidad. No pretendo

ni es posible en esta introducción dar respuesta a todas las posibles

manifestaciones de la realidad, mi intención es lanzar una

invitación para que, los que se sientan llamados, me acompañen

en este viaje de exploración de la naturaleza humana."


1. SALGUERO, M. (5 agosto 2016). “Última llamada” para los psicólogos clínicos

que no basan su práctica en la evidencia científica. Rasgo Latente. http://rasgolatente.

es/ultima-llamada-los-psicologos-clinicos-no-basan-practica-la-evidencia-

cientifica/ [Consulta: 31 de mayo de 2018].

Kommentare


Die Kommentarfunktion wurde abgeschaltet.
bottom of page